jueves, 27 de noviembre de 2014

Los arrabales de Juan Goytisolo

Me ha gustado el escritor Juan Goytisolo que ha sido elegido recientemente Premio Cervantes. "La resaca" (1.957) es un conmovedor y a la vez, entrañable relato. Son familias que viven en chabolas en mitad de un erial, con apenas algunos árboles raquíticos porque todo allí es raquítico,serpenteados por caminos de barro que los coches han de transitar sorteando los relejes y los lavajos. Los contrastes entre estos enclaves suburbiales y la Barceloneta opulenta y burguesa marcan la pauta de todo el libro. Una sociedad demediada entre clases zanjadas por la ideología imperante,la del franquismo, y un catolicismo omnipresente que ignora la realidad circundante exponiendo un catecismo que predica la igualdad y la justicia pero que no se materializa en nada.
Preciosa portada de la primera edición del libro en Destino 

Los Guirlocheros, la banda formada por Antonio, el protagonista, y otros miembros más como Metralla,Hombre-Gato,Drácula,Pepe,El Gitano,Neorrealista...es la coartada o el eje central sobre el que gira toda la novela. Encarniza ese mundo aparte,arrinconado y olvidado incluso de los suyos —sus progenitores—, y se lanzan al abismo,a la aventura del delito.Pequeños hurtos que se suceden uno tras otro empleando las más diversas y taimadas argucias a turistas extranjeros —y no extranjeros— que visitan una España que muestra tan solo una máscara pero que esconde su prez reversa y postiza de otra España, la real, encarnizadamente verídica,metida hondamente en las tradiciones que taponan el progreso y obstaculizan el mejoramiento del país y de sus habitantes.La España huérfana de calor y muerta de frío,de habitantes mutilados, desafectos, sedientos de cariño y afecto (suena tópico).
Metralla, líder del grupo,trabará una complicidad con Antonio y juntos quieren viajar a América para no volver y dejar de mirar atrás. Sus familias están carentes de una ligazón afectiva, sin esa especie de urdimbre espiritual que la pobreza, la necesidad, la ausencia de un hogar fue destruyendo poco a poco. Son familias
deshechas,desarticuladas,demediadas incluso por la guerra civil, son la muestra inequívocamente atroz de que no hay un horizonte más allá de las planchas de cinc de los techados de sus chabolas y ello les lleva a soñar con otras alternativas vitales. Quieren embarcar en una nave del puerto pero para ello han de reunir el dinero suficiente para lograr un soborno que les lleve al otro lado del Atlántico.
Finalmente,Antonio ve truncado su sueño porque Metralla le abandona con el botín y sus sueños se truncan.Del mismo modo que, los sueños de los otros personajes que discurren paralelamente en los diversos relatos que concursan en el libro, entrelazados de alguna manera, sucumben igualmente al fracaso. Toda la novela pues, parece derrumbarse como un edificio endeble, mal construido, entre las manos del lector y es ya una novela ruinosa,reducida a escombros.










lunes, 27 de octubre de 2014

Con la pluma y con el sable (de Pío Baroja)

Estamos en Aranda de Duero, en 1820. La guerra de la Independencia terminó hace unos años y España se encontraba bajo el Trienio Constitucional. Fernando VII reinaba y el país se reponía del bache de la guerra de la Independencia. Algunas industrias habían comenzado a florecer de nuevo "...fábricas de hilado y tejidos de lino, de cáñamo y mantelería para el consumo de la comarca; de curtidos, de cerámica,de cordelería,de alpargatas...La agricultura estaba relativamente próspera". Baroja hace también un análisis sociológico de la España de entonces; los liberales son la masa culta, y los absolutistas son el pueblo llano,el clero y los ricos terratenientes apegados a la propiedad de la tierra, a las grandes fincas.
Poco a poco van entrando en liza los personajes principales. Aviraneta,personaje principal, es el corregidor de la villa y el jefe político de una partida de liberales que lucharan en favor de las ideas liberales. Viajará de España a Francia y regresará nuevamente al final de la novela. Entre medias,una vertiginosa cadena de personajes que se nos van apareciendo; masones,militares de carrera, guerrilleros,clérigos...También aparece un viejo loco, algo así como una parodia burlesca del liberalismo a la que se veía sometida esta corriente de pensamiento entre las gentes del pueblo. De este modo, el "Tío Guillotina" personifica la debilidad, la endeble y casi anecdótica plasmación de estas ideas en la realidad política y social del país. 
En el segundo capítulo, Baroja sitúa al protagonista. Viene de Méjico, de Vera Cruz y es arrastrado por las circunstancias dado que se convierte en padrino y protector de Mercedes y de su hija Coro, ambas son madre e hija respectivamente de Ignacio Arteaga. Se instalan en Bayona. Aviraneta ve cumplido su sueño en parte, ya está en Europa y su deseo más inmediato es partir hacia España, donde se cuece la revolución. Los deseos de acción, la moral del personaje encaminada a la "acción por la acción" hacen de él un personaje insatisfecho, inquieto, espoleado por las circunstancias históricas. En España se barruntan ya los movimientos, las intrigas, la formación de clubes masónicos, reverberaciones éstas que traspasan los Pirineos.
En España, como ya dije al inicio, Fernando VII más que reina, intriga y O`Donell, conde la Bisbal está dispuesto a luchar por la revolución. A Aviraneta se le encomienda la misión de enterarse de lo que ocurre en España en aquellos momentos, en Madrid, en Sevilla, en Cádiz...Y cruza la frontera. En Madrid percibe la miserable situación política y social "El pueblo, a pesar de su corto número de habitantes, disfrutaba de diecisiete parroquias, cuarenta y dos conventos de frailes y treinta y dos conventos de monjas. Las calles se veían cuajadas de frailes,legos,demandaderos,y esto,unido a los mendigos, cojos, tullidos, ulcerosos, paralíticos que arrastraban las piernas, mudos que tocaban una campanilla y otros monstruos más o menos pintorescos, daban la ciudad un aspecto trágico y desagradable".El país vive en la miseria, el pueblo pasa hambre, el rey vive sus horas más bajas. Los liberales lo odian y el clero y las facciones más conservadoras lo aborrecen por sus titubeos y su falta de claridad política. Además está rodeado de la camarilla, de personajes mediocres que lo manipulan y lo engañan. Como ejemplo, he aquí a un personaje pésimo, Tatischeff, que entró en negocios entre el gobierno español y el gobierno ruso e incorporó a la armada española unos barcos inservibles, malos negocios desde luego.
Es así cómo durante este breve periplo por estas ciudades conocerá a los protagonistas revolucionarios,Riego,Istúriz, Azanza... así como a damas de la aristocracia. Aviraneta será siempre visto bajo la sospecha, dado que se le ve como a un advenedizo con intenciones no demasiado claras.Estos era militares de carrera y huelga decir que no veían con buenos ojos a los guerrilleros, muy curtidos, sí, pero hombres vulgares, toscos, sin preparación militar y de origen plebeyo. Lo mismo el ocurrirá a Juan Martín, el Empecinado. 
El perfil sicológico de Aviraneta  es un poco a la medida de esta clase de hombres aunque su versatilidad para manejarse con el pueblo llano y personajes de la alta alcurnia no es baladí. Y no se trata de un hombre ideológico sino que es un hombre que se mueve porque sí, ya sea a cara descubierta, ya sea mediante la intriga, pero sin fallar a sus objetivos últimos. Moral buena o moral mala, pero la moral llevada hasta sus últimas consecuencias. Pienso además que su falta de academicismo desata aún más si cabe sus instintos más primigenios o primitivos, siempre latentes. Su voluntad se halla despojada de cualquier clase de grillete que puede refrenar su voluntad, su inequívoca determinación. Veo en este personaje el "modelo barojiano" un poco alejado de otros modelos más contemplativos como el Fernando Ossorio de aquella otrora y sublime novela titulada "Camino de perfección". Me atrevería a decir además que Aviraneta es el contra-personaje de Fernando Ossorio por ejemplo. Mientras aquel busca la acción, la lucha, la consecución de unos ideales, el otro busca una realidad despojada de toda acción, una realidad desnuda. Más que ir en busca de la acción, rehúye de ella; más que provocarla, la amansa y como un barco a la deriva,maltrecho y zaherido por las corrientes de la vida, lo llevan a un reclutamiento, a una insólita y solitaria contemplación de la Naturaleza y del Arte.
Un poco desilusionado por sus andanzas por el sur, vuelve a Aranda. Las partidas liberales hacen maniobras en la plaza de Aranda del Rey,desfilan, se forman los cuadros y las unidades, ya sean de infantería ya sean de caballería. Baroja es realista en este punto y he aquí una vez más su escepticismo ante la vida,ante la visión del mundo tan ligado a su pensamiento que tenemos oportunidad de conocer por medio de las descripciones sicológicas de los personajes que integran estos ejércitos casi improvisados y nacidos de la pequeña burguesía principalmente. Alejados de otras narraciones en las que los ejércitos se nos presentan formados por hombres graves y valerosos, henchidos de heroísmo en cuyas charreteras rebrillan las medallas y las distinciones y otras condecoraciones casi hasta los pies, es el ejército arandino un ejército real, creíble. Es el paisanaje azoriniano pero llevado a lo estrictamente castrense y militar de la época. "Entre ellos [los oficiales] se distinguía el señor Castrillo,el farmacéutico,hombre amable,gran jugador de dominó y de ajedrez,liberal tibio y algo volteriano,que se reía de si mismo al verse vestido con uniforme y morrión..." 
La desafección por el liberalismo entre las capas más desfavorecidas, entre el pueblo llano no sólo era ideológica. Baroja muestra además de esa actitud escéptica que comentábamos antes, un profundo pesimismo en el triunfo de la revolución en España. En mitad de la pobreza atávica de los pueblos de Castilla - quizá leves atisbos de recuperación tras la guerra de la Independencia- la situación económica de las comarcas rurales españolas era paupérrima. En los capítulos VI,VII Y VIII del libro se nos aparece el pueblo de la Vid en el que existe un monasterio premonstratense. Aviraneta y los suyos -Diamante, Lebrel, Jazmín- reciben la orden de realizar un inventario de todos los bienes del monasterio a lo que se opone una gran parte de los lugareños y es que de una manera o de otra todo el pueblo se beneficiaba de las tierras monacales y sacaba provecho de ellas. La propiedad de la tierra es una vez más un obstáculo para la modernidad y el progreso de las ideas liberales en España.
La Vid será el escenario además de una emboscada por parte del cura Merino pero una vez más la audacia y originalidad de Aviraneta se pondrán a prueba y saldrán indemnes del lance. Entran en la iglesia y de un "spollarium" sacan a un San Martín al que  harán pasar por Aviraneta. A este santo de madera lo hacen montar a un caballo sujetándolo firmemente con una cuerdas de esparto. A continuación lo visten con una capa vieja y un sombrero y lo hacen salir de la iglesia, tras lo cual, los emboscados disparan pero Aviraneta y los suyos replican los disparos hiriéndole y haciéndole preso a uno de ellos.
Aviraneta es además un héroe romántico. La novela nos desvela su lado más humano cuando entra en amores con Rosalía, hija de un juez amigo de Aviraneta. Pero el elemento clerical, un obstáculo más en el camino que frena cualquier intento de progreso, se interpone una vez más en la trayectoria del protagonista. Y es que un cura, Víctor, se introducirá en la casa de la familia e irá introduciendo subrepticiamente un clima hostil contra él por sus ideas liberales y por sus conspiraciones políticas. Nona, la madre, le confinará a que tome una determinación: o Rosalía o nada. Aviraneta se opondrá tajantemente a abandonar su medio, la acción, se resigna a ello. Una vez más fiel a sí mismo determinado por su voluntad. Esta decisión no supone el abandono de sus propósitos afectivos e intentará una vez más jugar sus cartas.Sin embargo, Rosalía contraerá matrimonio con un joven rico y acaudalado de Aranda.A su vez, su hermana Teresita sucumbirá a una honda religiosidad a pesar de que sus ansias de conocimiento prometían una proyección relevante en cualquier otro centro de sabiduría o de ciencia, bien en Madrid o incluso en cualquier otro lugar de Europa. Finalmente Teresita ingresará en un convento. Vemos pues, una vez más,la mano del cura Víctor moviendo los hilos del destino de toda la familia. El estamento religioso ganaba adeptos e influencia como reacción contra el liberalismo y se infiltraba con sigilo en la vida de las familias más pudientes de los núcleos rurales. El relieve sentimental de Aviraneta también saldrá a la palestra cuando Soledad, una chica aún joven,salga en búsqueda de éste. Soledad, hija de un padre muy férreo e intransigente, busca la protección de Aviraneta. Sus virtudes y valores, rectos e indelebles a las circunstancias siempre cambiantes y a las veleidades del espíritu son una garantía para Soledad. Piensa que Aviraneta la guarnecerá de las adversidades. Al poco tiempo, viajarán juntos a París no sin antes pasar por Madrid donde conocerá de primera mano a la alta y atrabiliaria aristocracia tanto madrileña como parisina. Poco a poco se infiltrará en la corte, asistirá a las reuniones, a los cenáculos de la alta sociedad.
Pero hasta entonces Aviraneta deberá vérselas con el cura Merino y con sus huestes. Aquí el anfiteatro de la guerra civil son las regiones de Lerma, Santo Domingo de Silos, Hontanar del Rey...Son las partidas de los facciosos siempre mutantes entre el paisaje, o entre la población rural (el paisanaje) siempre pasiva y algo connivente, desde luego favorable a los absolutistas. Es en este momento cuando el Empecinado entrá en la novela y ya hasta el final, el Empecinado y Aviraneta lucharán juntos. O'Donell, conde de la Bisbal entrará en liza y será el elemento aglutinador ante la desunión manifiestamente torpe y poco efectiva desde un punto de vista estratégico y militar. Cabe destacar la inoperancia del monarca Fernando VII en estos asuntos, siempre adulador e inoperante y que en estos asuntos no lo va a ser menos. En este punto, Baroja condena en más de una ocasión a lo largo de la novela, la costumbre tan repetida en España de poner en los escalafones superiores a gente mediocre, vulgar,zote y abajo, los militares siempre más válidos, arrojados, útilmente valerosos en los oficios del matar y en los modos de llevarlos a a cabo siempre con las carencias y limitaciones inherentes en aquellos ejércitos del XIX..."Era una de estas disposiciones clásicas españolas, la de poner a las órdenes de un botarate miserable como Montijo,adulador del rey,delator de los liberales en 1814, a un hombre valiente y heroico como el Empecinado."
La preocupación noventayochista de Baroja se deja sentir en estas memorias,como en todas las novelas barojiana Copio un párrafo ilustrativo de este hondo sentir por el postergamiento de las ideas liberales que no terminaban de cuajar en el suelo patrio..."Se hizo una suscripción voluntaria para plantar árboles en los bordes de las carreteras, y el jefe político, Aviraneta y otros varios dieron cada uno quinientos reales y se comenzó la plantación en Arauzo de Miel; pero los primeros arbolitos puestos fueron enseguida arrancados." 
En los pueblos se formaron batallones, alguno llamado "Batallón de la Fe" y hubo juntas apostólicas.
Era frecuente en esta época la formación de sociedades, de clubes, de grupos masónicos que ocuparonn todo el espectro ideológico posible. Una de las más destacadas era la Fontana de Oro. Aviraneta era renuente a todas aquellas logias portadoras de un simbolismo exagerado y excesivamente alambicado que no casaba todo ello demasiado bien con su carácter espartano.Todo aquel envoltorio de ritos, de procedimientos ampulosos eran accesorios,poco prácticos. Aparecen entonces los Carbonari, un grupo masónico procedente de Italia. De los Carbonari descendieron más tarde los Comuneros, más acorde con el simbolismo español y caballeresco. En la parte de los absolutistas abundaban como setas varias sociedades secretas. Entre ellas, que englobaban bajo sus organizaciones todo el abanico posible de los conservadores, se encontraba el "Ángel Exterminador" nombre ilustrativo del carácter fanático e intransigente de sus ideas. Todos ellos tenían también a su servicio numerosos periódicos y publicaciones. La Gaceta era de los liberales donde podían conocer todas las evoluciones del liberalismo en toda Europa. En el lado más conservador y aboslutista se podían encontrar periódicos como El Espectador, el Imparcial...
Tras Madrid,llega París donde Aviraneta comienza a recopilar toda la información relativa a la situación en Francia. Son los años en los que en Francia corren rumores de una posible intervención por parte de la Santa Alianza para instaurar nuevamente la monarquía en Francia. Existen allá numerosos refugiados españoles que huyeron a Francia tras la restauración de Fernando VII.
En Francia se hallaban refugiados absolutistas o realistas y estaban subvencionados por el Rey Luis XVIII. Estaban divididos según fueran más o menos clericales.
Por un lado estaban los más ilustrados encabezados por Mataflorida y el resto estaba con Francisco de Eguía que eran los más clericales. Son grupos que están preparados para volver a la guerra una vez que Francia declare la guerra a España.
Baroja no olvida el paisaje en medio de tanta intriga, del ambiente de conspiración, de las circunstancias siempre tan convulsas en la que se encuentran los dos países. Una vez más nos describe el paisaje amueblado y risueño de la campiña francesa, envuelta en el orden y la limpieza, en una naturaleza domesticada, impoluta en contraposición con la siempre áspera, monótona, Castilla. Incluso las ciudades no escapan a la brocha narrativa del escritor y se nos presentan impecablemente burguesas, inmiscuidos sus habitantes en sus oficios, siempre silenciosos y diligentes a veces interrumpido por el ruido de una barrica que se desliza por los adoquines, el olor de la cebolla que se escapa de una tahona en la que trajina un cocinero, la bronca de un carnicero a su proveedor de todos los días quizá por una entrega a destiempo... Una bella descripción de las chimeneas y su variedad de estilos que desde la habitación vislumbra el protagonista copio a continuación..."Desde allí arriba se veía un panorama de guardillas y de tejados y un bosque de chimeneas de todos las clases, de ladrillo,de barro,de hierro, agrupadas como tubos de órgano,aisladas,torcidas,derechas,en zigzag,terminadas en caperuzas,cascos,mitras, morriones, sombreros de teja,sombreros de obispo y gorros de dormir". 
La novela acaba con todo su lirismo. Etchepare, un familiar de Aviraneta ha muerto ya en su casa de Bidart. Baroja canta los otoños vascos "lluviosos y templados" y describe el jardín ya solitario, huérfano con un sentimiento de nostalgia y mientras da unos pasos por sus senderos leemos "Al pasear por aquellos caminos,Aviraneta comprendió el gran amor del viejo Etchepare por la tierra, su culto vagamente panteísta por las hierbas,los árboles y las flores".

miércoles, 8 de octubre de 2014

Alas de mariposa

Yo apenas supe discernir una mariposa de otra. A golpe de observar sus evoluciones en el aire, de apreciar no solo los diferentes diseños de sus alas sino su variedad de formas, de asociar sus siluetas con las proximidades del cauce de un río o con praderas soleadas o con promontorios siempre escarpados concluí reconociendo algunas de ellas. De este modo aprendí que unas especies prevalecían sobre otras asociándose  a una vegetación específica que favorecía la preponderancia de una especie sobre otra. Y que el tipo de vegetación, —esto ya lo sabía—, varía de un lugar a otro incluso emparentados en su cercanía. Yo apenas conocía más allá de la Vanesa o la tan mentada Macaón, ésta última porque la pusieron de moda los periódicos locales desde que se tuvieron noticias de su existencia en los entornos lacustres de mi ciudad, Vitoria-Gasteiz.
Pavo real (Inachis io)
Sin embargo, tirando del hilo que iba desmadejando el ovillo, cada nuevo hallazgo o cada nueva especie que descubría me llevaba a la siguiente y así sucesivamente. Di con mariposas que, a pesar de sus coloraciones tan dispares, guardaban semejanzas en sus fisonomías, es decir, algunas eran netamente semejantes entre sí pero diferían luego grandemente en color y tamaño a pesar de que guardaban ciertas similitudes que me hacían pensar que de alguna u otra manera compartían un parentesco más que evidente. Con la primavera llegaron las primeras y allá por el mes de mayo comenzaron a asomar algunas de ellas. Las plantas aún no mostraban su floración y es por ello que las especies eran escasas. Pienso que aquellas pioneras de la primavera fueron no solo las más audaces sino las más rústicas y arrojadas porque el sol tímido y vergonzoso parecía acunarse entre las nubes como aquel recién nacido que esconde su ojuelos bajo el sayal de su nodriza...Luego a medida que la primavera descorrió el verano llegó la batahola de mariposas orquestales, festivaleras, multicolores...Eran una colección de retales fulgurantes que vibraban al compás de los días soleados. Estas demostraciones sólo remitían cuando las nubes se interponían allá arriba y entonces las mariposas plegaban velas y solo entonces volaban allá abajo, entre la vegetación espesa, agazapadas (como gazapos) o como lebratos huérfanos de calor. Me encandilaron sus colores, sus maneras de volar ¡planeos incluidos! sus caracteres; unas mansas y quietas, otras desconfiadas y levantiscas. Una veces se posaban en sus plantas nutricias, abriendo y cerrando sus alas espasmódicamente, como las valvas de un molusco. Me llevaron estas observaciones a hacerme con buenas guías relativas a los insectos lepidópteros (grupo que las engloba) y compartí algunas lecturas y conocimientos de la mano de algunas guías de la editorial Omega que compré en algunas librerías ya casi prontas al cierre y que descansaban allí, en la penumbra del olvido y entre el polvo siempre algo pudoroso. Allí se me revelaron los entomólogos (de la época de cuando Checoslovaquia como ya digo) pero que guardaban y guardan todo el conocimiento francamente actualizado, válido aún y nada deslucido a pesar del tiempo —y del cambio climático. Leo en estas cubiertas los nombres de los autores checoslovacos Ivo Nóvak y un tal Frantisek Severa así como un libro más pegado a nuestra provincia de Álava cuyo título "Mariposas diurnas de Álava" es un libro que despierta el interés por la cercanía. Aquellos libros fomentaron mi curiosidad avivada todavía más por sus denominaciones tan pintorescas que reciben muchas de ellas en los diversos idiomas y procedencias de toda Europa. Entre estos nombres tan peculiares puedo citar la “nazarena”,la “topacio, la “lunares de plata”, la “cejialba” o la “hechicera”, nombres vernáculos todos ellos que llevan implícitos comportamientos o características morfológicas que les son propias y que además portan en sí un conocimiento o sabiduría popular depositada en los arcanos de la Historia. La misma Historia que nos relata que el gran novelista ruso Nabókov fue,antes de nada, un ferviente admirador de estos insectos.

Una mariposa de la familia de los Hespéridos
Postura típica con las alas abiertas de una Vanesa de los cardos captando el calor del sol
Lobito agreste (Pyronia thithonus)
La Mariposa de la col es muy común en las huertas
Ícaro (Polyommatus icarus)
La medioluto (Melanargia galathea)
La tornasolada chica (Apatura ilia)


sábado, 31 de mayo de 2014

Los árboles




















(Viendo sus copas inclinarse a la luz, abrazar sus hojas las gotas de lluvia, agitarse sus ramas violentas con el viento iracundo, abrazar sus raíces la tierra que los sujeta, estremecidos todos ellos por la constelación de Orión en el cielo de octubre)

Aquella tarde de la primavera parecía escuchar el latido de los árboles, el flujo de su savia, el intercambio de agua, de luz y de nutrientes que tenían lugar en cada una de sus hojas. El Sol, el aire,el cielo lleno de luz combinaban sus alegres estados de ánimos con la gravedad y seriedad que demuestran siempre los árboles. La quietud y el inmovilismo aparente de sus raíces siempre hincadas en el mismo lugar como los hombres que nacen en un lugar determinado y se resignan a abandonarla porque solo acertarían a vivir y desplegar su existencia en base a unas coordenadas específicas que sus ojos ven e interpretan como únicas e inamovibles.Porque los árboles son como la Historia, ese sedimento de acontecimientos y realidades que vamos entretejiendo los humanos en los senderos de nuestro Destino como civilización. Ambos, árboles e Historia son siempre los mismos porque a golpe de vista somos incapaces de detectar o sospechar un mínimo de movimiento en ellos. La Historia la vemos siempre congelada en las páginas de los libros al igual que los árboles los vemos quietos y mudos en el paisaje.Ocurre lo mismo con nuestras vidas. Solo al final de nuestra vida, si tenemos la oportunidad, parece que nos es legítimo realizar un balance de nuestro caminar por la vida. El paso de los años nos facilita una perspectiva capaz de analizar, visualizar, valorar lo que llegamos a ser.Parece entonces que toda nuestra vida toma un realismo inaudito y los protagonistas, metidos en sus papeles, desempeñan sus roles con actitudes desiguales. La relación de unos con los otros impelidos por las circunstancias de cada momento tejieron la trama, la urdimbre de nuestra vida.Así también los árboles más o menos. Percibimos tan solo una "instántanea" o una imagen congelada de lo que son y por ello, muy inexacta e imparcial. Y dado que son seres muy longevos, más aún. El paso del tiempo y de los años va dilatando el aspecto o la forma de los árboles configurándose su fisonomía siempre a espaldas de nuestros torpes sentidos, miopes sentidos incapaces de visualizar los cambios acontecidos.Y es precisamente el paso del tiempo que nos ofrece una perspectiva o una atalaya desde la que podamos detenernos a observar, a procesar mentalmente los cambios, las transformaciones.Si fuéramos capaces de observar el desarrollo de una flor, de una hoja,de un fruto al igual que viéramos crecer una arruga en nuestra piel...

Sólo desde nuestra asunción de nuestras incapacidades podemos ser capaces de penetrar en el alma de los árboles. Para entenderlos, para saber quiénes son, de quiénes se trata, nos exigen que hablemos su mismo lenguaje: un lenguaje de humildad partiendo de la asunción y reconocimiento de nuestros propios límites e incapacidades, de nuestras imperfecciones como seres humanos, de nuestras torpezas. Los árboles son la gran metáfora de nosotros mismos. Y son un reflejo de lo que somos o de lo que debemos ser. Tienen un poder de restablecimiento de los valores, son re-habilitadores espirituales,recomponen nuestro paisaje o geografía espiritual a través de ese diálogo que se establece, de ese entendimiento mutuo nacido de la comunicación compartida por ese mismo lenguaje que nos propusimos establecer. Esta relación nos vincula de alguna manera con la Naturaleza y necesariamente, con nosotros mismos porque venimos de ella y daremos con los huesos en ella (Calderón de la Barca dixit).De todo ello son capaces los árboles. 
Conozcámoslos, amémoslos, abracémoslos,cuidémoslos...

viernes, 30 de mayo de 2014

Santa Isabel es ese lugar que todos visitaremos (2ª parte)

Los líquenes son esos grandes olvidados de los cementerios. Se adhieren a las lápidas colonizándolas y a modo de paneles explicativos, recrean o simulan la manera en que la vegetación comenzó a tapizar los riscos y rocas desnudas hasta formar grandes extensiones de bosques.Son una viva representación de las etapas dinámicas de la vegetación. Los líquenes son asociaciones entre una alga y un hongo muy fructíferas y exitosas. Son el comienzo de la vida. No deja de ser una contradicción resultante de ese juego de fuerzas que es la Vida. Me recuerda a las teorías de Marx y a aquello que decía Baroja de que la vida es "contradicción y pelea."¿Cómo un lugar reservado a la Muerte, al culto de los muertos, a esa insoslayable realidad que constituye la Muerte sea el lugar idóneo para el asentamiento de la Vida? Los líquenes crecen pues allí donde la vida aún no es, no existe, y crean las condiciones necesarias para la posterior implantación de otros tipos de vegetación más avanzados.


Los líquenes van colonizando la piedra y con la ayuda del viento, del frío y de la lluvia, irán disolviendo la roca...


...tras los líquenes se instalan los musgos, plantas muy primitivas aunque pioneras puesto que representan aquel insólito primer "asalto" de los primeros vegetales sobre tierra firme. Pagaron su hazaña, su arrojo primigenio, con un escaso y exiguo desarrollo y nula especialización que les permitiera crecer y competir como el resto de los vegetales, quedándose relegados a las zonas más oscuras y recónditas... 


...sobre el musgo se acumulan restos vegetales y un rico humus propicio para plantas más exigentes en nutrientes y más especializadas, capaces de nutrirse por sí mismas...


...ahí, sobre el verde oscuro del musgo aparecen manchas de un verde claro: son las plantas del género Sedum.Son plantas con hojas carnosas en cuyo interior guardan el agua y otras sustancias nutritivas sabedoras de la escasa 
presencia de suelo y consecuentemente, de escasez de agua...



Las hiedras son también plantas adaptadas a situaciones complicadas y siempre oportunistas acudiendo allí dónde se les presenta una oportunidad. Sus pequeñas raicillas adventicias que les sirven de fijación seguirán su trabajo "descomponedor" de la caliza o de la arenisca y por lo tanto, colaborarán en la disolución de los minerales... Las primeras herbáceas anuncian unas mínimas condiciones de humedad...  


...y que los árboles, en este caso, los Sicómoros o Falsos arces se encargarán de finalizar el ciclo hundiendo sus raíces en la roca y continuando la labor de creación de más suelo.


lunes, 19 de mayo de 2014

El parque de Arriaga (3ªparte)

6.- EL TEJO Y LA TEJA El tejo es un árbol dioico: existen ejemplares masculinos y femeninos. A los acebos, a los álamos, a los sauces... les sucede lo mismo.Esto supone que deben coexistir pies de distinto sexo para poder prosperar y sobrevivir. Por esta razón la proporción de machos es siempre más elevada que la de hembras con el objetivo de aumentar las posibilidades de polinización por parte de aquellos y asegurar así la perpetuación de la especie. Esto supone también una ventaja evolutiva con respecto a otras especies hermafroditas (monoicas) puesto que facilita la diversidad genética de las poblaciones. El tejo es una especie de crecimiento lento, apenas forma bosques, sino pequeños rodales y la naturaleza anticipándose también a los afanes y la codicia humanos los ha dotado de estos “kits” de supervivencia. "Echar los tejos" se decía en nuestros pueblos cuando las enamoradas apuntaban a su pretendiente echándole una ramilla de tejo para invocar al amor.

El Lluvia de oro o Falso ébano es uno de los primeros árboles que florece en los parques y jardines. 


Las deutzias florecen en el parque en el mes de mayo, ya bien entrada la primavera. Sus corolas son acampanadas. Existen varios ejemplares junto a la chopera, a la altura de la ermita.


La variedad de especies provenientes de lugares tan diversos de climas dispares da lugar a escenas inverosímiles y algo desconcertantes para el que pasea y  mientras unas especies florecen, otras ya fructificaron. Es el caso de los cerezos que permanecen como un recuerdo vivo de los huertos que proliferaron en otras épocas en la que fuera la aldeíta de Arriaga. 

7.-EL PINSAPO: UN ENDEMISMO IBÉRICO La vegetación es siempre cambiante y dinámica porque los factores sobre los que se sustenta también lo son. El clima, el suelo, la orografía cambian y transforman el paisaje. Enormes extensiones de terreno que hoy pisamos estuvieron sumergidas bajo el agua y zonas que hoy son casi desérticas fueron bosques tropicales. Durante el Terciario, hace 60 millones de años, el pinsapo o pinabete cubría gran parte de Andalucía. Hoy, dada su particular ubicación en los escarpes más recónditos de las cordilleras de sierra Bermeja o de Ronda, ha podido subsistir hasta nuestros días. Es lo que llamamos una especie relicta: una reliquia o un reducto del bosque primitivo que ha pervivido hasta nuestros días como recuerdo de otras épocas. El pinsapo es una especie muy plantada en Vitoria-Gasteiz y muy presente en el parque de Arriaga.

8.- EL ÁRBOL DE JUDAS Al árbol de Judas se le llama así porque se cree que Judas lo eligió para ahorcarse arrepentido por delatar a Jesús por unas monedas de plata. Por eso se cree que desde entonces crece torcido. Es cierto que una de las características de este árbol es que parece siempre buscar con desesperación una luz que le falta y que busca con ahínco. No es de extrañar que, plantado entre otros árboles que le privan de luz, se sienta obligado a ello porque es muy amante de entornos soleados: carácter mediterráneo. Es un árbol muy adaptable y unido a su fácil propagación por semilla hace que sea considerada como una especie invasora. De este modo crece espontáneamente por todo el parque. Se le trajo para adornar los jardines de las casas con amplios jardines, muy comunes en conventos y cuarteles.Su floración es precoz antes incluso que le nazcan las hojas que recuerdan a un riñón. Sus flores nacen en ocasiones desde el mismo tronco o desde las ramas. Crecen algunos ejemplares en el "Parque de aventuras". 


En la siguiente fotografía las magnolias ofrecen sus infrutescencias durante los meses de primavera muchas de ellas aún inmaduras. Al principio tienen ese color anaranado hasta tomar después un color pardo o marrón, casi negro. Las semillas se alojan en el interior de cada escama y tienen un color rojo o carmesí muy lustroso, del tamaño de un garbanzo. Muchas aves, sobre todo las urracas, logran introducir sus picos en ellas y las extraen cuidadosamente para comérselas después. Las he observado incluso introducir estas "piñas" en los charcos de lluvia con el objetivo de "ablandarlas" y poder extraer así las semillas con mayor éxito.



Os pongo una foto de una interesantísima ave tan ligada a nosotros. Siempre observándonos aunque no lo parezca. Son auténticas espías que nos vigilan, como correveidiles que recopilan escrupulosas datos y apuntes de nuestros hábitos y costumbres rutinarios puestas al servicio de alguna agencia secreta. Observadoras natas, vocingleras y despiadadas, son una aves muy, muy inteligentes, os lo puedo asegurar. Gozan de un sambenito injusto como ladronas y aves de mal agüero pero limpian nuestras ciudades de numerosos deshechos orgánicos, alimentándose además de infinidad de insectos dañinos para la agricultura.



9.-LOS LIRIOS DE ARRIAGA Hasta bien entrado el siglo XX la procesión del Corpus Christi de Vitoria se caracterizaba por las enormes cantidades de lirios que tapizaban el suelo del recorrido de esta tradicional procesión. Estos lirios, antaño muy abundantes en la balsa de Arkaute, eran cortados por los jardineros de Vitoria y llevados hasta el casco medieval y la plaza de España, donde se esparcían por la calzada.


























10.- LOS PARQUES Y JARDINES  SON…

…pulmones verdes
…climatizadores naturales
…aislantes del ruido del tráfico
…grandes escobas que barren las partículas contaminantes en la atmósfera
…reservas de la bio-diversidad
…lugares para el encuentro y el descanso











sábado, 17 de mayo de 2014

El parque de Arriaga (2ª parte)

4.- ÁRBOLES Y SÍMBOLOS Los árboles han servido de símbolos por la admiración y veneración que los humanos han sentido por ellos. Por sus grandes dimensiones, por ser una fuente permanente de riqueza y alimento, por procurar sombra y cobijo, por su longevidad testigo de varias generaciones de personas, han pasado a formar parte de nuestra cultura en forma de leyendas, mitos y creencias. La verticalidad de los árboles ponía en contacto ambos mundos; el cielo y la tierra. Bajo la sombra de los robles vascos se celebraban consejos o “batzarrac” que se transformaban en leyes no escritas pero de obligado cumplimiento. El tejo es el centro del calendario celta porque es el testigo inmutable del paso del tiempo, quizá por su longevidad. Para el poeta Ovidio el camino al infierno estaba "admirablemente" adornado  por estos longevos árboles. De la misma manera que el tejo es el árbol venerado por los pueblos del norte, el ciprés es el árbol sagrado y mitológico de los pueblos del ámbito mediterráneo. El ciprés estaba consagrado al dios Hades de los griegos. Hades era también el mundo subterráneo de las profundidades, rico en minerales y metales preciosos.Según la mitología griega, allí descansaban los muertos aunque les fuera permitido regresar al mundo de los vivos para "arreglar sus cuentas". Hades o Plutón para los romanos, les cedía un casco que les otorgaba el don de la invisibilidad y podían resarcirse así más fácilmente de sus enemigos. Después debían retornar al Hades. La mitología celta y clásica gira continuamente entorno a los árboles.O antiguas creencias de carácter pagano como que ahuyentaban a los rayos o protegían las haciendas de las tormentas. ¿Es por ello que existe un ejemplar de laurel junto a la ermita de San Juan? Julio César tenía siempre a mano una corona de laurel para ahuyentar al rayo, y así un montón de ejemplos más.


La Acacia de tres púas (Gleditsia triacanthos) posee estas peculiares legumbres que asemejan jirones de cuero retorcido aunque brillante y lustroso. A sus semillas se las oye en su interior cuando el viento las agita. 

Las catalpas (Catalpa bignonioides) proceden de América del Norte. Un árbol al que hemos denigrado y vejado. Lo trajimos para embellecer nuestras calles y ahora lo aborrecemos injustamente. En la imagen las legumbres, muy largas,se mantienen en el árbol hasta bien entrada la primavera. Es una imagen muy invernal la de estos árboles con las ramas desnudas y algo desoladas. 

Las vainas ya abiertas de las catalpas se amontonan en las márgenes de las sendas del parque en la primavera tras haber permanecido durante el invierno sobre las ramas de los árboles.

5.-LOS HAYAS: HABERLOS, HAYLOS Me refería  al carácter norteño del parque de Arriaga. Entonces es el lugar apropiado para los hayas. Según reza una sentencia popular “El haya, los pies secos y la cabeza mojada”. Esto nos quiere indicar que por su ubicación en laderas con cierta pendiente y una fuerte infiltración del agua en el sustrato hace que deba suplir esta carencia de humedad constante en el suelo con una fuerte humedad presente en el aire, lo que le procuran las nieblas tan presentes en las altitudes medias y altas de nuestras cordilleras. Las márgenes de las hojas de estos árboles de carácter un tanto mágico están recubiertas de una pilosidad que “atrapa” al agua condensándola y vertiéndola como si se tratara de pequeños canalones, hacia el suelo. Los hayas fueron aquí plantados por los jardineros pero se han habituado al entorno de nuestras ciudades por su afán generoso, tal es la cualidad de los árboles y de la Naturaleza.
En el parque podemos observar el haya común, y dos variedades de jardinería: el haya de hojas púrpura y el haya llorona de ramas caedizas. Haberlos, haylos.


No obstante, no los confundamos con los ubicuos y muy estimados ciruelos mirabolanos...



 

viernes, 16 de mayo de 2014

El parque de Arriaga (1ª parte)

0.- EL PARQUE DE ARRIAGA El parque de Arriaga consta de 180.000 ha. Se construyó en 1979 sobre antiguas tierras de labranza y de cereal.  Es el de mayor extensión. Además alberga más de 150 especies de árboles y arbustos. Es un auténtico parque botánico. Su situación geográfica, al norte de la ciudad y la influencia oceánica posibilita el crecimiento de especies propias de los bosques templados y húmedos como los tan ornamentales hayas de hojas púrpuras, los arces o los robles albares. El entorno industrial siempre gris y contaminado representado por la actividad febril de Michelin y el intenso tráfico de las circunvalaciones vecinas del entorno hacen de este parque un auténtico pulmón verde. Además de la rosaleda y su corolario de plantas aromáticas contiguas al aparcamiento debemos destacar la zona denominada “Parque de aventuras”. En torno a la pequeña cascada y los recoletos estanques de inspiración japonesa se hallan allí representadas las especies que componen el rico sotobosque típico de la vegetación de la llanada alavesa. Junto a la ruidosa y caótica circunvalación y en la zona más despejada y luminosa del parque residen las coníferas como los cedros, los abetos o las secuoyas, tan amantes de la luz. Para ello será necesario pisar el césped para poder admirar sus bellas siluetas y diseños tan dispares y comparar unas con otras. En la zona del parque junto a la calle de Aguirrelanda aún perduran los nogales, los avellanos y los cerezos que fueron plantados en lo que fue una zona destinada a huertas.
Junto a la ermita juradera de San Juan, dos ringlas o filas de chopos cruzan el parque y nos recuerdan que por allí pasaba y pasa aún el río Abendaño aunque sumergido en la oscuridad del olvido (y del asfalto)

1.- LAS CONÍFERAS Las coníferas, esas gigantes tan tenaces, son relegadas  a los lugares más inhóspitos y hostiles de la Tierra.
La escasez de agua y de suelo no son más que un acicate para ponerse a prueba y salir adelante. Sus hojas perennes no son más que una prueba de ello. Su diseño acicular, en forma de alfiler, se hallan envueltas por una gruesa cutícula que las preserva del frío y de las heladas intensas, además de la sequía. Y el carácter perenne de sus hojas no son más que una adaptación a las latitudes más septentrionales. ¿Para qué  tener que renovar sus hojas cada año si los meses estivales son allí muy breves? ¿No significaría una pérdida enorme de energía y de reservas? Sus ramas pegadas al tronco las protegen de los vientos acuciantes y sus formas cónicas, de las fuertes nevadas de aquellas latitudes. En cambio, son especies amantes de la luz y crecen en las zonas más despejadas e iluminadas del parque,junto a la calle de Juan de Garay. Destacan los cedros y los abetos además de alguna secuoya.Las coníferas, exceptuando unos pocos casos,crecen en el hemisferio Norte. 

Este conjunto de cedros junto a Juan de Ayala parecen bailar como derviches 


En la imagen de arriba una Picea pungens, de un llamativo color glauco o azulado, es frecuente en el parque. Detrás de ella le secundan los álamos boleanos, de troncos blanquísimos y de perfiles columnares. En la siguiente fotografía os muestro unas tumoraciones algo recurrentes en estos árboles. La madera, quizá por la acción de una bacteria, comienza a dar signos visibles de pudrición y el viento del otoño los quebrará irremisiblemente poniendo un punto y final a su ciclo biológico. 


Los parques urbanos son además modestas aunque interesantísimas colecciones botánicas. Las diferentes variedades de cada especie creadas por el hombre se proponen ensalzar tal o cual cualidad. Existen formas lloronas "pendula", formas piramidales "verticalis" o formas rastreras con una clara vocación arbustiva "horizontalis". El color del follaje también puede ser un factor ornamentístico; las tonalidades azuladas o grisáceas reciben el adjetivo de "glauca" o un otoñal follaje púrpura recibe el apelativo de "purpurea".


Me maravilla y sorprende a la vez la vocación decididamente espartana, sobria, adusta de nuestra vegetación ibérica. Las duras y rigurosas condiciones que se imponen sobre nuestros árboles les imprimen un carácter recio, montaraz, bravo. Lejos de la bucólica campiña, de la blanda y sinuosa loma o de la planicie risueña de nuestros países vecinos de Europa, aquí la vegetación ha de asentarse en escarpados y pedregosos cerros, orientados en muchos casos a un sol cegador, a una lluvia casi inexistente. Inevitablemente pienso en Azorín o en Baroja cuando fundieron en sus textos psicología y paisaje. Luego llegó Ortega para desmentirlo y presentar al paisaje como un espacio absolutamente moldeable y esculpible. Para Ortega la Castilla desamueblada era un rasgo más de la más absoluta desidia y dejadez del español. Definitivamente años más tarde llegará Delibes "desnoventayochizando" Castilla.

 2.- MIEDO AL INVASOR Las especies invasoras tienen la particularidad de ser plantas muy adaptables a los diferentes climas y condiciones de cada lugar. Libres de competidores que frenen su expansión, se reproducen desaforadamente poniendo en peligro a otras muchas otras especies. Su erradicación es difícil dando lugar a un impacto no solo ecológico sino también económico puesto que su erradicación requiere de medios a veces muy costosos. No olvidemos tampoco el impacto que muchas veces olvidamos, el paisajístico, alterándolo, diluyendo el carácter que la vegetación de cada zona imprime al paisaje, a sus características no solo culturales sino humanas. Un caso particular es el Ailanto, que crece por doquier en el parque de Arriaga al amparo de la cobertura que le prestan los macizos arbustivos. Esta planta es una exterminadora nata. Segrega una sustancia tóxica en las hojas y tronco que interviene en la modificación de las propiedades químicas del suelo limitando el crecimiento del resto de plantas en sus alrededores.

En esta imagen de la izquierda un ailanto crece espontáneamente entre unos macizos de cotoneásteres. Tiene unas hojas larguísimas que pueden llegar a los 50 centímetros. Si las frotáis segregan un olor acre muy característico. Tiene cierto valor ornamental dado que en el otoño sus frutos toman un color púrpura que destaca sobre el follaje verde aún. A pesar de su sambenito por su carácter invasor, no deja de tener su espacio reservado en el parque, como un ejemplo de lo que no debe ser, de la falta de previsión en la toma de algunas decisiones, muchas veces provenientes de las administraciones.
También se le llama Árbol del barniz o Falso zumaque.


3.- FLORES QUE NO VEMOS Estamos acostumbrados a ver florecer a numerosas plantas de flores muy llamativas y vistosas. ¿Quién de nosotros no se ha detenido durante nuestras caminatas para observar la temprana floración de los cerezos y de los espinos en la primavera? Resulta que existen otras especies que por su floración discreta apenas nos detenemos a observarlas, pero florecer, florecen. Es el caso de los robles, cuyas flores se agrupan en amentos y pasan muy desapercibidas, al igual que los Falsos arces o sicómoros. No debemos olvidar que en el parque de Arriaga, como en la mayoría de los parques urbanos, existen plantas provenientes de lugares remotos de características climáticas muy diferentes de las nuestras. Es por ello que muchas especies de árboles florezcan ¡en pleno otoño! tal es el caso de los cedros.
En esta fotografía podéis apreciar los amentos masculinos de la encina que crece en uno de los rincones del parque, junto a la rotonda de América Latina. Los amentos son esos filamentos colgantes en torno a los cuales crecen las diminutas flores masculinas. La encina (Quercus ilex subs. rotundifolia) es un árbol mediterráneo, amante de la luz. La madera de la encina es tenaz y resistente. Su hoja perenne parece no inmutarse al paso de las estaciones, excepto en la primavera cuando sus nuevas hojas tienen un tono verde más pálido que contrasta con las hojas maduras.

La silueta redonda de la encina es la imagen viva de la idea de fertilidad y de abundancia. 

jueves, 1 de mayo de 2014

Las columnas de Salomón

El ciprés es tan consustancial a los cementerios y camposantos que también es conocido como el Ciprés de los cementerios. Es omnipresente en el cementerio de Santa Isabel aunque comparte espacio con los Cipreses de Arizona o arizónicas y creo que también con algún que otro Ciprés de Monterrey.
Flores masculinas y piñas (gálbulos). Apreciad las hojas en forma de escamas

Aspecto de la corteza grisácea y estriada. A menudo se desprenden en tiras

Las velloritas aprovechan las zonas intermedias o praderitas para florecer 
Las pawlonias, los evónimos y los árboles de Judas contrastan con las grises sepulturas



Ciprés que semeja una antorcha que simboliza, casualmente, a la vida
El empleo de este árbol en el mundo cristiano no es originalmente propio. Las culturas helénicas y otros pueblos antiguos transfirieron su culto a los cristianos. Fue un árbol adorado por los griegos. Su nombre proviene de la palabra "Kiprós", Chipre. Si el tejo es el árbol venerado por los pueblos del Norte, el Ciprés lo es por los pueblos del Mediterráneo.

"Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales..."
(Este es un poema de Gerardo Diego)

El Ciprés es un árbol rústico, resistente a las sequías y a las heladas. Su madera es dura y tenaz, muy resistente a la putrefacción. Platón propugnaba que las leyes fueran escritas sobre la madera de estos árboles dado que su madera era más dura que el bronce. Es por ello muy empleada en trabajos de ebanistería. Es una conífera, de la familia de las Cupresáceas. El rasgo caracterizador de esta familia son sus hojas escuamiformes que cubren enteramente sus ramillas. Se disponen imbricadas o puestas una frente a la otra. Parecen estar dispuestas como las tejas en los tejados o como la piel de los ofidios. La corteza es grisácea, muy pálida, ligeramente estriada y se desprende en tiras muy delgadas.
Las piñas son unos gálbulos, esas bolitas esféricas que van sujetas a las ramas por medio de un pequeño pedúnculo, a veces inexistente dependiendo de la especie.Están compuestas a su vez de escamas con apariencia de escudos que,a medida que va madurando, se separan y liberan a las diminutas semillas que se albergan en su interior.Las flores masculinas son muy abundantes en la primavera muy temprana y se disponen al final de cada ramilla.Entonces el follaje de estos árboles toma un aspecto herrumbroso,roñoso,como planchas de metal oxidado.
Los conos femeninos son menos abundantes y al principio de su desarrollo casi hay que buscarlos;son casi esféricos, primero de color verde, luego grises, brillantes y lustrosos. Luego se tornan leñosos una vez que maduran.¡Pueden permanecer en el árbol durante algunos años antes de abrirse!Los árboles emplean a veces extrañas estrategias para asegurar su descendencia.
El porte es típicamente columnar,muy identificable.Es un árbol al que se le relaciona con la inmortalidad por su longevidad y por su madera prácticamente incorruptible.
Alrededor de las tórtolas turcas existe una curiosa leyenda que os contaré. Son muy querenciosas de los cipreses, donde anidan

Existe una leyenda ligada a los Cipreses. Un rey de la antigua Grecia de nombre Cipariso tenía siete hijas preciosas. La gente las conocía como las Ciparisas. En las fiestas en honor a Core y Deméter, las chicas bailaron sin parar sin atender a su agotamiento. La más joven, extenuada, cayó en un estanque. Su hermana se lanzó a salvarla, pero su fatiga le impedía ayudar a la pequeña. Para evitar que perecieran ahogadas, una tercera hermana se lanzó en auxilio de las dos menores. Así, una tras otras otra, la siete muchachas se lanzaron al agua y se ahogaron. La Tierra, compadecida, las transformó en bellos cipreses.