domingo, 22 de diciembre de 2013

El huerto del Carmen

Entretejí algunas conversaciones amenas con el sacristán de la iglesia de los carmelitas. Hablamos de la historia de este convento y de sus vicisitudes en tan corta vida si la comparamos con otros conventos vitorianos. Él me contó muchas historias, algunas terribles y truculentas como que fue cárcel militar durante la guerra civil. Su huerto con sus jardines dejó de ser el 'locus amoenus’, el jardín meditacional, el jardín propenso al rezo místico para convertirse en un patibulario triste y trágico. He aquí que me invitó a entrar  pero no sin antes visitar el interior de su iglesia. Entonces me acordé de Galdós, el escritor canario de ascendencia vasca, tal es su apellido, que cuando visitaba Toledo y recorría sus iglesias, catedrales y callejas narraba todo lo que veía con su espíritu inigualable, transido del alma de entonces, para asomarse después, ya agotado de tanto convento, a los cigarrales entorno al Tajo.(1) Las imprecaciones de los obispos y sus diatribas, el lujo ostentoso de la imaginería española y la magnificencia de los ritos religiosos que allí se profesaban eran desconocidos en el resto de Europa. Galdós hace aquí una crítica a la Iglesia. Deshecha las imágenes que rayan la superchería y denuncia lo supersticioso que se va adueñando de los prácticas religiosas en las iglesias como una forma de manipular a los fieles por el miedo al castigo y como resultado también de unos ritos religiosos depauperados.
Pero perdonad, lo olvidaba,dejo mis literaturas aparte y continúo con este relato breve y nada reseñable. 
Salimos, como contaba, a este patio interior muy recogido y muy iluminado por el sol vernal. Al otro lado del tapial que lo rodeaba, pude ver las vías sobre las que se tienden los ferrocarriles viajantes y encima de este tinglado de raíles, cables y catenarias, la torre neogótica del convento de las Salesas punzaba las nubes con su vértice afilado. Y en un rincón vi a esta palmera del Chusán o palmito elevado. Son palmeras rústicas, provienen como su nombre indica del Chusán, cerca de China y toleran a las mil maravillas el frío helante vitoriano, así como el calor achicharrante que tanto nos visita en los meses estivales.
Protegida de los vientos y orientada al sur, esta palmera del Chusán goza de buena salud
Existe además una virgen, la del Carmen creo,sobre un pedestal, todo ello rodeado de árboles frutales. Es notorio cómo estos árboles se doblegan a la domesticidad, se inclinan solícitos a la mano que los cuida pero que nunca se desprenden enteramente de su naturaleza primigenia y original. Y es por esta razón que tras unos años de abandono o descuido propenden a sus siluetas ancestrales. Esta almunia, tal y como denominaban los árabes a los huertos por los que discurrían los caces y las acequias redistribuyendo el agua tan necesaria, es un lugar hermosísimo, propenso al deleite, al regocijo espiritual. 
Sobre un pedestal y oculto entre unos arbolitos se halla este Sagrado Corazón


























Es pues, un arrabal sin llegar a serlo, es como una playa a orillas de la ciudad a la que solo llegan los ecos de los más profundos recuerdos que albergamos.
Los cultivos hortícolas alternan con algunas plantaciones de frutales
(1) En su libro titulado "Ángel Guerra" Benito Pérez Galdós plantea nuevas posibilidades espirituales y plantea una nueva concepción de la religión y su papel social en España. Son interesantísimas sus descripciones de la ciudad de Toledo. 

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